Ya no puedo controlarme más. Siento como si hubiera sostenido mis lagrimas por siempre, y ahora rompo en llanto por más de media hora. 
De verdad ya no puedo seguir. Estoy harta.
Me siento tan mal, que no puedo ni pensar, porque solo una leve imagen me conlleva al llanto. No puedo, juro que no.
Me odio tanto, me torturo. 
Odio mi apariencia, totalmente. Y todas las cosas "depresivas" que escribo aca, son verdad. Odio mi risa , mi forma de hablar, de caminar. Odio mi nariz, mis ojos, mis cejas, mi boca, mi pelo, mis orejas. Odio mis brazos, mi espalda, mis codos, mis tetas, mi panza. Odio mi cadera, mi cola, mis muslos, mis piernas, mis rodillas. Odio mis pies y odio mis manos. No me gustan ni mis uñas. Odio la forma de expresarme, y las cosas que digo al hablar. Me odio por ser asi. Odio ser fea, desagradable, malhumorada, demasiado buena, paciente, callada...
Odio mi cuerpo. 
No como, muero de hambre y aún así estoy gorda. No tengo amigos verdaderos. 
Nadie me entiende, nadie me escucha. A nadie le importa, a nadie le importo.
Solo lloro y me lastimo. Ya deje de desear que esto se ponga mejor, porque no lo hace. Sigue igual de malo desde el primer día. Y ya no puedo seguir así.
Siento tanto dolor. Quisiera que alguien me abrazara y me diga que todo va a estar bien. 
Ya no sé como seguir.
Es como si estuviera encerrada en una habitacion con una persona. No hay puertas ni ventanas por las que me pueda escapar. Esa persona comienza a gritarme, me dice lo gorda que estoy, lo fea que soy, cómo nadie me querría en su vida, y que estaría mejor muerta. La unica forma de hacer callar a esa persona es hiriendola. Esa persona es mi mente, diciendome que estoy gorda, que soy fea, que nadie me quiere en su vida y que estaría mejor muerta. La unica forma de callar esa voz es haciendome daño. No puedo escapar. Estoy loca.
Ya no me dan ganas de nada. 
Desearía ser linda, y valiosa para alguien. 
Odio que piensen que me entienden porque no lo hacen. A veces tengo tantas ganas de escupir todo lo que tengo adentro, y cuando lo hago, me doy cuenta que no debí haberlo hecho. Porque se creen que me entienden, pero en realidad no es así.