Recién te pregunté "crees que soy linda?" "sos hermosa" fue tu respuesta. Pero yo sé profundamente que no lo soy, que solo lo dices porque me amas. Y ese es el problema. Tengo tanto miedo, tan asustada estoy de no poder encontrar a alguien que me ame tanto así como lo haces vos. De una manera tan pura, tan inocente. Me admiras todo el tiempo. Me amas sin esperar nada a cambio, con un amor tan correcto que me asusta.
Creo que nadie me va a amar así, tampoco creo que lo merezca. Porque soy un desastre. Solo causaría problemas a una persona.
Y me da tanta rabia, me da bronca ser así. No me gusto.
Si yo no me amo, quien podría entonces?. Quisiera ser una de esas chicas hermosas, de las que todos los chicos quieren. Pero me toco ser esto, y me encantaría estar orgullosa. Pero no lo estoy.
Me odio tanto. Soy horrible.
Nunca nadie me dice que soy hermosa, algo que me encantaría.
Me gustaría poder despertar toda desarreglada, sin maquilla y con el pelo deshecho, me gustaría que aún así alguien me dije "sos hermosa" pero nadie lo hace.
Ni siquiera lo intentan, ni siquiera mienten. Y eso me destroza por dentro. Me hace pensar que soy la persona más horrible. Y lo soy.
Estoy cansada de ser así.
El domingo era el cumpleaños de mi prima.
No sabía que ponerme, porque todo me queda mal. Es que nada puede quedarle bien a una persona como yo. Fea, gorda y desagradable. Mi prima me convenció de ponerme algo. No pude mirarme demasiado en el espejo, ya que me hacía mal. Me llenaba los ojos de lágrimas porque soy fea.
A la noche me cambie, y como no soy linda, no tuve más remedio que poner todo el maquillaje en mi horrible cara. Al salir, mi papá ni me miró. Me dio tristeza, tan sólo pensar que ni se molestó en observar si lucía menos fea. Le pregunte "estoy linda?". Me miró de reojo y contesto suavemente que sí, pero no fue un sí seguro. Fue como "se...". Cómo puedo así yo pensar que encajo con las demás personas ? si soy tan insegura y fea.
Llegue y nadie me notó. Intenté fingir felicidad porque mi prima no se merece mi angustia. En la mesa tuve que aguantar a mi adorable hermana comentar que yo comí todo. No dije nada, solo sostuve mis lágrimas para que no cayeran. Me sentía tan mal. Y nadie se daba una idea. Comenzaron a sacar fotos, yo solo me quede sentada observando como todos felices estaban. Me llamaron para unas fotos. Y ahí estaba, parada fingiendo sonrisas, llena de tristeza y a la vez feliz por mi prima. Al ver las fotos solo me dedique a odiarme, permanecía parada al lado de todos asimilando un gigante. Me odié, sinceramente.
Al día siguiente mis primas se iban a la pile. Fui invitada, oferta que no pude rechazar ya que me había negado a ir millones de veces. Me sentí presionada, así que acepté. Solo para no quedar como la aburrida y depresiva hija para mi papá y sobrina para mis tíos y nieta para mi abuela y prima para mis primas.
Me puse la maya, y me observé detenidamente en el espejo. Mis lágrimas ya no podían seguir siendo sostenidas, y se soltaron. Lloré, pero no de la forma en que quería. En ese momento sólo tenía ganas de estar en mi cama llorando, descargando mi furia, pero no podía. No quería. Sólo solté un par de lágrimas que no se asimilaban al agujero que sentía mi corazón.
Fui de todas formas, pero la tristeza no se va.
Me siento tan mal.
Quisiera con todo mi corazón estar con alguien a quien le guste. Algo que parece imposible; ya que no me gusto ni yo.